Se denomina energía hidráulica, hidroeléctrica o energía hídrica a aquella que se obtiene del aprovechamiento de las energías cinética y potencial de la corriente del agua, saltos de agua o mareas. Es un tipo de energía verde cuando su impacto ambiental es mínimo y usa la fuerza hídrica sin represarla, en caso contrario es considerada sólo una forma de energía renovable. Desde el punto de vista ambiental la energía hidroeléctrica es una de las más limpias, aunque esto no quiere decir que sea totalmente inocua, porque los pantanos que hay que construir suponen un impacto importante.
Se puede transformar a muy diferentes escalas, existen desde hace siglos pequeñas explotaciones en las que la corriente de un río mueve un rotor de palas y genera un movimiento aplicado, por ejemplo, en molinos rurales. Sin embargo, la utilización más significativa la constituyen las centrales hidroeléctricas de represas, aunque estas últimas no son consideradas formas de energía verde por el alto impacto ambiental que producen.
Cuando el Sol calienta la Tierra, además de generar corrientes de aire, hace que el agua de los mares, principalmente, se evapore y ascienda por el aire y se mueva hacia las regiones montañosas, para luego caer en forma de lluvia. Esta agua se puede colectar y retener mediante presas. Parte del agua almacenada se deja salir para que se mueva los álabes de una turbina engranada con un generador de energía eléctrica.
Alrededor del 20% de la electricidad usada en el mundo procede de esta fuente.
La combinación del uso de la energía potencial y cinética la podemos asociar a la energía hidráulica. Grandes masas de agua van descendiendo de una montaña por el cauce de un río y, a medida que varían su altura, la energía potencial disminuye y se transforma en cinética. Así, cuando llegan al llano, tienen la máxima energía de movimiento y se las hace correr por canales controlados por conductos y tuberías, enviándolas hacia las turbinas, que están dentro de un anillo fijo (distribuidor) y poseen paletas móviles (alabes) reguladores de la entrada de agua, aumentándola o disminuyéndola según la demanda de electricidad.
El agua en movimiento entra en las turbinas, mueve un rotor y sale luego por los canales de descarga. Las turbinas, al girar, producen trabajo mecánico, que será transformado por un generador en electricidad. Los generadores están colocados por encima de las turbinas en un árbol vertical.
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